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1 de marzo de 2018

26 semanas embarazo gemelar

Estas semanas ha pasado de todo un poco. Lo mas triste es el diagnóstico de una enfermdad muy grave de un familiar muy cercano, querido y necesario en mi vida.
Su rápido deterioro, coincidiendo con esas tres semanas que estuve con gripe, neumonía y sinusitis.
Y por último... en fin, si encuentro fuerzas os hablaré de cómo he vivido el duelo embarazada y de reposo. Es muy duro y duele demasiado, no soporto la idea de haberle perdido aún y menos del modo en que todo coincidió...

Pero hoy me quiero centrar en el embarazo.

Por un lado la amenaza de diabetes gestacional, bebés de mayor tamaño de lo normal con el consiguiente riesgo. En mi caso, a consecuencia de mi miniútero, es absolutamente contraproducente que los bebés pesen más de la cuenta y menos cuando estaba en la semana 21.
Por lo general a más peso mejor para un prematuro, pero con 21 semanas poco les iba ayudar, en mi caso lo que es necesario es una buena maduración de órganos, y debido a la falta de espacio, lo deseable es que sean pequeñitos, dentro de lo normal, para que aguanten dentro lo máximo posible.
Otro problema fue la discrepancia de tamaño y peso entre uno y otro cada vez más notable.
La sombra del terrible (y mortal) síndrome de transfusión feto fetal planeaba sobre mi cabeza. Los gines aumentaron el control, el reposo y me pusieron a dieta.
Cada 3 semanas me hacen la curva larga de la glucosa y me controlo en casa con el glucómetro.

Por último, a uno de mis bebés le han detectado arritmia, latido fetal acelerado mantenido en el tiempo, por lo que además de los controles cada 10 días, también me vio una experta que me hizo eco de 1hora.

De estas tres cosas tengo buenas noticias.

-Mis peques se han regulado en peso, y la diferencia entre uno y otro ha disminuido, además de que al fin mis gordis ya van acorde a sus semanas respecto a peso y no por encima. ¿Habrá funcionado la dieta?

-Diabetes medio controlada, el 9 de Marzo me repiten la prueba por tercera vez.

- El latido acelerado parece que no es por un problema morfológico de su corazoncito, sino del sobre esfuerzo que debe realizar para alimentarse, ya que el otro bebé tiene mejor posición y mejor flujo en el cordón umbilical. Es evidente que es algo que me tienen que vigilar, pero al menos, todo indica que su corazón no precisará cirugía nada más nacer.

Pesan entre 800-900gr y miden entre 32-35cm. Son unos bebés hechos y derechos, muy lejos ya de aquellos embrioncitos de 3mm.
Se mueven mucho, a veces parece que nunca duermen, luchan bastante por el espacio.
El pequeño está en cefálica en la parte izquierda por arriba, cuando le toco, se desliza cual serpiente y acurruca el culete en el hueco de la palma de mi mano, como buscando calor y en minutos se queda inmóvil, imagino que se duerme.
El grande está en podálica, con el culo aplastado en el canal de parto y su cabeza al lado de la del hermanito o hermanita. Cuando quiere más espacio hace fuerza con los pies y con la cabeza empuja al bebé pequeñito, sin duda es más dominante desde su lugar privilegiado. Cuando le toco lejos de relajarse se lía a manotazos y patadas.
Casi siempre repiten comportamiento.
Mirarme la barriga se ha convertido en uno de mis mayores placeres y cada vez que me viene un miedo y tengo tiempo, me destapo la tripa y me recreo de lo lindo viendo kárate fetal. Les canto, leo, acaricio...
No hay miedo que no distraiga con una buena sesión de "tripoting"
Pirata cada vez se muestra más entusiasmado con los hermanitos y ya les ha puesto nombres, lo malo que él quiere niño y niña y no, son del mismo sexo, sea cuál sea. El cual, al igual que con Pirata hemos decidido no saber hasta que nazcan.

Pirats les habla, toca y besa a través de la tripa, pero le da repelus cuando le arrean una patada, quita la mano con cara de susto! 😂

Ahora... para acabar, algo bonito.

Bebé 1 en podálica, el grande

Bebé 2 en cefálica

Ambos juntos, el grande es el que parece que intenta besar o zamparse al peque, que se tapa con una manita.