Mis últimos ciclos han sido de 30 días, siguiendo esta
regla me debería de haber bajado ayer la regla, así que estoy en mi primer día
de retraso oficial, hace tiempo que no me pasa, pero al ovular más tarde este
ciclo, tendré que esperar…
Ayer decidí pasar el día fuera aprovechando el sábado libre
de mi marido. No me quedé en casa “esperándola”. Me fui de rebajas (me he
comprado un montón de cosas), comimos fuera, fuimos al cine… fue un buen día. A
pesar de que se bien lo insoportable que me baja la regla, me fui preparada con
paracetamol para tomarlo a la mínima señal de dolor, tampones, salvaslip,
compresas, toallitas, una muda… sí señor, preparada para la “batalla” pero se
ve que la señora R me vio tan ocupada probándome ropa que no me quiso
interrumpir. Sin embargo, quien si me interrumpió fue un “espinillón” en mitad
de la frente, tal cuerno de unicornio, que no sé si explotarlo o frotarlo y
pedir un deseo (esperad, eso era sólo con la lámpara maravillosa, ¿no?). Cada
tienda, cada probador, en cada espejo, la espinilla era mayor y mayor (crecía
por minutos) y además cada vez que me probaba ropa me iba picando más y más el
cuerpo, normal, llegue a casa llenita de ronchitas y ¡como pican! Me estoy
echando una cremita y Talquistina, alivia un poco, pero el efecto no es muy
duradero, casi no pude dormir con la urticaria del demonio.
No quiero tomar antihistamínicos por si acaso, aunque me
muero del picor, no me importaría soportar el suplicio sin tomar nada que lo
alivie si fuese porque le podría hacer daño a un microscópico ser, es más
estaría encantada de aguantar los picores si ese fuera el motivo, como se dice:
“Sarna con gusto, no pica”
(Bueno, sí que pican, a las ronchas le han salido
pomponitas).