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22 de mayo de 2018

Días de hospital

Aunque no era mi primera amenaza de parto prematuro, esta vez la cosa pintaba mucho peor, una hemorragia así a las 28 semanas no pintaba nada bien.
Por suerte, en cada control que me hacían, mi cuello uterino permanecía en 24mm y las contracciones eran leves y no iban a más, el sangrado también fue remitiendo para quedar en un pequeño manchado.
Ingresada me enteré del sexo de los bebés, entre tanto jaleo y susto, a alguien se le escapó, no me importó (tal vez un poco, vale) pero con la que tenía encima, el sexo de los bebés era lo que menos me preocupada.

DOS NIÑAS, GEMELAS

¡Como la mayoría intuía!, dos pequeñas. Me quedaba sin mi sueño de ser madre de otro niño, pero con lo que no quería quedarme era sin mis niñas, por nada del mundo. Ellas eran esas dos rayitas de un test positivo que siempre amé tanto y tan pronto que pocas personas podían entender mi terror a perderlas, si todavía no eran nada, pero se equivocaban, eran ellas, desde el inicio, siempre ellas, ¿cómo no iba a aterrarme la idea de perder algo tan precioso?

Me dieron el alta con reposo en casa, en posición tumbada o sentada periodos cortos, como mucho, paseos en silla de ruedas para baños de sol por un importante déficit de vitamina D.
Así que me vi en silla de ruedas y me dio igual, iba a ser temporal y de todas formas hacía semanas que casi no podía caminar, pero eso os lo contaré en otro momento.
Ese mismo día era el cumpleaños de mi niño y fui del hospital a la celebración, aunque no me levanté de la silla y vi todo un poco desde segunda fila, pero a él le entusiasmó que yo estuviera allí, sé que me echó de menos cuando estuve ingresada y aquello compensaba muchas cosas.

Al llegar a casa sólo quería dormir, en el hospital no dormí demasiado bien. Sin embargo por algún motivo que desconozco se metieron mis suegros en casa, por el cumpleaños del niño. Yo necesitaba tranquilidad después de tremendo susto, cenar, ducharme, dormir, para ello necesitaba intimidad y la ayuda de mi marido, pero no, allí se puso mi suegra a gritarme que tenía cuento, que ni parto prematuro ni nada, que lo que quería era tener a su hijo esclavizado y que él no podía faltar a su trabajo, que yo me apañara sola en casa y me pusiera la tele y si no podía ducharme, ir al baño, comer, etc, que me aguantara. Todo eso a voces, con muy mal tono, no me dejaba ni hablar, aunque yo no estaba hablando con ella, ella se metía en medio a decir NO a todo. Que si ella sola llevó a tres (de qué manera ni os lo cuento) que yo no valía un duro que tanto ir al hospital, que sí que blandita, blablabla.
Aclaración: mi embarazo no me trajo malestar, sin embargo cada vez que me ponía de parto sí que iba a que me pararan las contracciones, pero por mis bebés!!!
Ese estrés de no poder mandarla a donde bien se merecía, me provocó contracciones más o menos seguidas que continuaron una vez se fue de mi casa.

A la mañana siguiente empecé a expulsar tapón mucoso y por la noche me vi de nuevo en urgencias porque me dijeron que si eso pasaba que fuera corriendo a que me ingresaran.
Pero esta vez me topé con una gine que me dijo que sin tapón podía estar 6 semanas más, sin hacer ni caso a informes previos, me mandó de vuelta a casa andando, y mi silla de ruedas en el coche porque a consulta me llevó una celadora con la silla de ruedas del hospital, pero para irme, dijo que me podía ir andandito y eso que yo sin muletas no podía casi andar por una rotura muscular en el glúteo, pero le dio igual. Encima iba sola porque mi marido estaba con Pirata.
Me fui arrastrando como podía, con bastante dolor en el coxis hasta que noté encajarse a un bebé.
En resumen, horas más tarde se me rompió la bolsa, de nuevo a urgencias y en esta ocasión me encontré con las gines de siempre, que tras examinarme y ponerme antibiótico, decidieron trasladarme en ambulancia de forma urgente al hospital materno infantil de la capital.
Ya era día 30 de Marzo, y yo estaba de 29 semanas.
Continuará....

26 de abril de 2018

Amenaza de parto prematuro

Lo primero agradecer hasta el infinito la cantidad de mensajes preguntándome como va todo, gracias, muchísimas gracias.

Actualizo desde el móvil, un anticipo.

En marzo empecé con bastantes contracciones, pero mi cuerpo y sobre todo mi útero y articulaciones ya no pudieron más, tanta inyección para detener el parto, tanta progesterona me crearon tal exceso de relaxina (hormona del embarazo que relaja los músculos pélvicos, sobre todo)
que mi coxis se desplazó, oprimiendo un nervio, causando tal dolor que me impedía andar, pero una es un poco asno y forzó, lo que me produjo una rotura muscular, con inflamación y hematoma incluído. Además de reposo, me vi en muletas y con sesiones de fisio para tolerar el dolor.
Para colmo pillé una bronquitis que me dejó sin habla y con una tos horrorosa que me movía toda la tripa.
Fue una madrugada sin dejar de toser y tener contracciones de B.H que al ir al baño descubrí la peor pesadilla, sangre, roja, brillante, abundante y aterradora. Muchísima sangre.
He pasado ya por eso... y sé lo que suele venir después, pero nunca de 29 semanas...

El 23 de Marzo ingresé por urgencias en el hospital. Eco, correas... hay un latido y... otro más, están bien. Aunque un bebé está con taquicardia.
Reposo absoluto, control diario en correas, hierro en vena cada 48h por anemia tan severa que valoraron hacerme transfusión y lo más importante, 2 inyecciones para la maduración pulmonar de los bebés.
Continuará...

1 de marzo de 2018

26 semanas embarazo gemelar

Estas semanas ha pasado de todo un poco. Lo mas triste es el diagnóstico de una enfermdad muy grave de un familiar muy cercano, querido y necesario en mi vida.
Su rápido deterioro, coincidiendo con esas tres semanas que estuve con gripe, neumonía y sinusitis.
Y por último... en fin, si encuentro fuerzas os hablaré de cómo he vivido el duelo embarazada y de reposo. Es muy duro y duele demasiado, no soporto la idea de haberle perdido aún y menos del modo en que todo coincidió...

Pero hoy me quiero centrar en el embarazo.

Por un lado la amenaza de diabetes gestacional, bebés de mayor tamaño de lo normal con el consiguiente riesgo. En mi caso, a consecuencia de mi miniútero, es absolutamente contraproducente que los bebés pesen más de la cuenta y menos cuando estaba en la semana 21.
Por lo general a más peso mejor para un prematuro, pero con 21 semanas poco les iba ayudar, en mi caso lo que es necesario es una buena maduración de órganos, y debido a la falta de espacio, lo deseable es que sean pequeñitos, dentro de lo normal, para que aguanten dentro lo máximo posible.
Otro problema fue la discrepancia de tamaño y peso entre uno y otro cada vez más notable.
La sombra del terrible (y mortal) síndrome de transfusión feto fetal planeaba sobre mi cabeza. Los gines aumentaron el control, el reposo y me pusieron a dieta.
Cada 3 semanas me hacen la curva larga de la glucosa y me controlo en casa con el glucómetro.

Por último, a uno de mis bebés le han detectado arritmia, latido fetal acelerado mantenido en el tiempo, por lo que además de los controles cada 10 días, también me vio una experta que me hizo eco de 1hora.

De estas tres cosas tengo buenas noticias.

-Mis peques se han regulado en peso, y la diferencia entre uno y otro ha disminuido, además de que al fin mis gordis ya van acorde a sus semanas respecto a peso y no por encima. ¿Habrá funcionado la dieta?

-Diabetes medio controlada, el 9 de Marzo me repiten la prueba por tercera vez.

- El latido acelerado parece que no es por un problema morfológico de su corazoncito, sino del sobre esfuerzo que debe realizar para alimentarse, ya que el otro bebé tiene mejor posición y mejor flujo en el cordón umbilical. Es evidente que es algo que me tienen que vigilar, pero al menos, todo indica que su corazón no precisará cirugía nada más nacer.

Pesan entre 800-900gr y miden entre 32-35cm. Son unos bebés hechos y derechos, muy lejos ya de aquellos embrioncitos de 3mm.
Se mueven mucho, a veces parece que nunca duermen, luchan bastante por el espacio.
El pequeño está en cefálica en la parte izquierda por arriba, cuando le toco, se desliza cual serpiente y acurruca el culete en el hueco de la palma de mi mano, como buscando calor y en minutos se queda inmóvil, imagino que se duerme.
El grande está en podálica, con el culo aplastado en el canal de parto y su cabeza al lado de la del hermanito o hermanita. Cuando quiere más espacio hace fuerza con los pies y con la cabeza empuja al bebé pequeñito, sin duda es más dominante desde su lugar privilegiado. Cuando le toco lejos de relajarse se lía a manotazos y patadas.
Casi siempre repiten comportamiento.
Mirarme la barriga se ha convertido en uno de mis mayores placeres y cada vez que me viene un miedo y tengo tiempo, me destapo la tripa y me recreo de lo lindo viendo kárate fetal. Les canto, leo, acaricio...
No hay miedo que no distraiga con una buena sesión de "tripoting"
Pirata cada vez se muestra más entusiasmado con los hermanitos y ya les ha puesto nombres, lo malo que él quiere niño y niña y no, son del mismo sexo, sea cuál sea. El cual, al igual que con Pirata hemos decidido no saber hasta que nazcan.

Pirats les habla, toca y besa a través de la tripa, pero le da repelus cuando le arrean una patada, quita la mano con cara de susto! 😂

Ahora... para acabar, algo bonito.

Bebé 1 en podálica, el grande

Bebé 2 en cefálica

Ambos juntos, el grande es el que parece que intenta besar o zamparse al peque, que se tapa con una manita.

15 de enero de 2018

20 semanas embarazo gemelar y gripe

Me hacía mucha ilusión ir actualizando con fotos de tripa, ecos, etc, pero las cosas no salen siempre como una imagina.
Desde diciembre empecé con un catarro, cuando parecía que estaba bien, en pocos días pillé una maldita gripe A, desde entonces no levanto cabeza, tuve bronquitis que dio paso a neumonía, el dolor de garganta y pecho es insoportable. El de oídos no se queda atrás.
Hace unos días, parecía que iba mejorando, menos tos y fiebre, pero empecé con una sinusitis complicada, donde tuve una inflamación espontánea de frente y cara, con caída de párpado, dolor y presión muy intensos, insoportable.
He ido a urgencias, al de cabecera y por privado, a las embarazadas no pueden recetarles nada más que paracetamol y no me alivia nada de dolor, solo la fiebre, es un verdadero tormento, paso mis días en medio de un dolor inhumano que no me deja ni dormir. Jamás estuve tan enferma.
Me están vigilando la infección de los pulmones y ahora también, que no me llegue al cerebro, por el evidente peligro para mis bebés y para mí misma.
Estoy asustada por mis peques, desanimada porque lejos de mejorar, no dejan de salirme más y más cosas. Y todo empezó con una gripe!
Mi consuelo es cuando se mueven, aunque pataditas suaves, lo importante es que siguen conmigo, me preocupa tanta fiebre y 12 días de paracetamol, si les puede dejar secuelas o tras tanto sufrir que les pierda por una maldita enfermedad.
Están gordit@s, precios@s, totalmente formad@s.
Ya hemos dado la noticia a Pirata, lo llevamos a la eco de las 18 semanas y no paraba de preguntar: mami, que hay en tu barriga? Qué te has comido?
Y al final mirándonos a los ojos le dije, «cariño, hay dos bebés, pero no me los comí». Su carita no la olvidaré jamás, lo aceptó y desde entonces procura ser menos bruto y se me sube encima con cuidado para: "no romper a los bebés" dice, eso ha salido de él. Es un niño tan dulce, me cuida tsnto, por enferma que esté, es mi bálsamo y el único capaz que me saca sonrisas hasta con 40 de fiebre.
Lástima no haber podido disfrutar de él estas vacaciones, sino que lo pasé en cams y en el hospital, pero vinieron así las cosas, deseo que llegue pronto Semana Santa y compensar.

Un abrazo a todas y muchas gracias por acompañarme, en cuanto mejore cumpliré mis promesas para que veáis crecer a esos bebés, eco a eco conmigo.