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8 de marzo de 2019

Mi estancia en la UCIN no fue tan dura.

Mis hijas estaban en cuidadodos intensivos y eso  no es agradable, pero yo iba preparada, mis hijas estaban allí porque lo habíamos logrado, sí, eran prematuras extremas, ¡pero 30 semanas! Nada aue ver con 24-26 semanas. De hecho aprendí que para un prematuro 1 semana más dentro de la tripa, puede implicar 2-3semanas menos de incubadora.

Al día siguiente ya no estaban tan regordetas, ni tan bien, ambas habían empezado a cursar bradicardias y necesitaron oxígeno, no toleraban la leche de donante, así que tuvieron que colocarles alimentación parenteral, vía intravenosa.
Parecían más pequeñas, frágiles... sus pequeños cuerpos estaban cubiertos de cables y tubos que entraban por su boca, nariz, su piel, luces, pitidos, vendajes...
Lo cierto es que pese a haber visto bebes en situaciones incluso peores por youtube, me impresionó bastante. Las manitas las tenían inflamadas y moradas por las agujas.
Las vi llorar,sufrir, retorcerse cada vez que tenían que pincharlas, se me partía el alma.
Yo iba de una incubadora a otra, me paraba de pie 10-15 min frente a una y luego frente a la otra. Observando... podía tocarlas introduciendo las manos en la incubadora por dos agujeros, pero antes de tocar a la otra bebé tenía que volver a desinfectarme las manos, odiaba quitarme el tacto de sus cuerpecitos. Mis manos no tardaron en despellejarse de tanto lavarlas.
Les consolaban mis caricias, se dormían, dejaban de sufrir, así que lo que le pasara a la piel de mis manos me daba igual mientras siguieran dando calor y consuelo a mis pequeñitas.

Empecé el método canguro desde el principio, primero con S y por la tarde me dijeron que podía cogerlas a la vez. No era tarea fácil para la enfermera que tenía que desenchufar y enchufar cables, sondas, aparatos varios pasándolos por los agujeritos correspondientes. Arrastrar la bomba de alimentación hacía el centro para que el tubito de la sonda llegase a mi sillón desde ambas incubadoras. Así pasaba las horas, con mis muñequitas, sobre mi cuerpo, piel con piel, sus movimientos se sentían parecidos a cuando estaban en mi interior, pero ahora las sentía por encima de mi piel y no por debajo. Fue mágico. Mantener la postura horas tras hora era doloroso, pero su contacto adictivo. Cuando las volvían a colocar dentro de las incubadoras parecía que  me las arrancaban. 
Que yo pudiera cogerlas dependía siemprw de que una enfermera estuviera disponible para dármelas.

5 de diciembre de 2018

En la UCIN


Entre náuseas y dolor por la extracción a la fuerza de la placenta y estando aún en la sala de recuperación, recibí la visita de la neonatóloga. Me pasó el informe de las niñas, me dijo que respiraban por sí mismas y me hizo firmar los documentos que les permitían realizar cualquier intervención urgente para mantenerlas con vida y la autorización para administrarles leche del banco de leche de donantes.
Los prematuros de menos de 2kg reciben leche de donante en caso de que la madre aún tenga, la leche humana es mucho más digestiva y evita riesgos de padecer enterocolitis necrotizante. La mayoría no toleran fórmula.
1h y poco tras el parto ya estaba en una nueva habitación, pude levantarme a hacer pis sin ningún problema (en mi primer parto ahí es donde me desmallé).
Mi marido y mi hijo estaban conmigo al fin.
Yo me sentía bien, muerta de sueño y agotada, eso sí, pero bien, muy bien, de hecho me dieron un ibuprofeno y el dolor y la inflamación de un desgarro muscular que me impedía andar, desapareció y salí andando, qué maravilla.

Pasaron horas hasta que me dejaron ir a ver a mis pequeñas y tuve que ir en silla de ruedas por prevención (de posibles efectos de la heparina, como hemorragia).
Y llegó el momento de conocer a mis niñas, mi marido se tuvo que quedar fuera con Pirata (en la unidad de cuidados intensivos no pueden entrar niños).
Por suerte era sábado y semana santa y ellos no tenían cole ni trabajo.
Me acompañó una enfermera y me explicó el protocolo que era estricto por el bien de los pacientes.
Nada más en la entrada, antes de acceder a la zona de incubadoras, había que ponerse ropa tipo bata verde quirófano y mascarilla (por tener bronquitis).
Llevar el pelo recogido.
 A la derecha había una cajita con bolsas transpatentes para introducir móvil, llaves, etc de manera hermética.
Luego había que pasar al lavadero, ya dentro de la sala, para lavarse manos, antebrazos y uñas a conciencia con jabón desinfectante durante 2min y luego en seco, usar gel antibacterias.
Había unas 6 incubadoras, todas tapadas y en el centro... ellas. Recién nacida 1 y Recién nacida 2 ¡Nos habíamos olvidado de ponerles nombre!.
Me asomé emocionada y tímida a la primera incubadora, y vi por primera vez a mi niña, diminuta, sus extremidades eran palillos, pero su carita tenía hasta mofletes.
Fue extraño conocer horas después del parto a mi bebé y a través de una urna. Estaba estremecida pero contenta, flipada.

Con el corazón a mil me acerqué a la otra incubadora, a ella ya la conocía de la sala de partos. Mi luz tras el miedo y la oscuridad.
La primera vez que vi su rostro, tenía tras ella un foco que le dio cierto aire angelical que además hizo que por unos segundos lo único que pudiera ver fuese su carita.
Esta vez no lloraba y dormía tranquila, sólo la vestía un diminuto pañal que encima le estaba enorme.
Entonces decidí sus nombres y señalé a la primera y dije ella se llama S y ella L.
Se iniciaba así una larga estancia, dura, intensa pero la cuál viví como jamás imaginé...


18 de octubre de 2018

Mi parto II

Se la llevaron, no la vi, salió de un solo pujo disparada, no la escuché llorar.
Tanto personal a mi alrededor y nadie me dijo nada.

Miré aterrada a cada rostro, uno por uno, buscando señales de que iba bien o mal,  fueron segundos de pánico enmascarado de falsa resignación y pregunté tímidamente ¿está bien? no ha llorado... (afónica, sin voz, fue muy fastidioso parir con bronquitis y no poder casi hablar).
Alguien me contestó al fin,"está con los neonatólogos, y iba llorando, tranquila".
Alivio absoluto, calma, felicidad, amor, preocupación, instinto...
Yo no la oí, ni la vi, pero sí que la sentí salir y me encantó esa sensación. El expulsivo fue mucho menos doloroso que el de Pirata, sin embargo la dilatación de 0 a 10cm fue en 40 minutos pero mucho más bestia, llegó un punto en que entré en contracción continua, terminaba una e iniciaba otra sin descanso, fue rapidísimo. Un dolor increíble, pero cortito.

No podía ir con mi niña, aún tenía algo muy importante que hacer. Ya no estaba embarazada de gemelas, sino de una niña diminuta que sobrevivía sin líquido y una placenta que había dejado de funcionar.
Había parido, pero seguía de parto.
Los gemelos monoamnióticos, por protocolo, nacen por cesárea como máximo a las 32-34 semanas, pero todo fue muy apresurado, los neuroprotectores que me inyectaron no tuvieron tiempo de hacer efecto, nadie imaginaba esa dilatación tan rápida y sin previo aviso. Tampoco parecía que fuera el primer parto de ese tipo de gemelos que hacían.
Tuvo que ser parto, porque ya estaba fuera.


Había otra bebé dentro y me dijeron que era necesario que naciera inmediatamente y que había riesgo de infarto de placenta y muerte fetal. Mi pequeña estaba sufriendo, pasó de la taquicardia a bradicardia.
Entonces la cirujana se me acercó y me dijo, tenemos que sacarla YA, ¿qué hacemos mamá?
Y yo dije: ¡parirla!
Me dio un beso a través de la mascarilla verde y me dijo algo así : así me gusta campeona, vamos rápido.
No dio tiempo a esperar a que mi cuerpo se volviera a poner de parto e iniciaran las contracciones, tuve que pujar siguiendo indicaciones. Para ese entonces, la epidural ya había hecho su magia, ya no había nada de dolor.
Yo pujaba y pujaba conteniendo la respiración, mientras, me hacían una eco, yo podía ver a mi bebé en la pantalla bajar de cabeza y volver a subir, el ritmo cardiaco le bajó y el bebé apenas asomaba la cabeza con el pujo y cuando yo paraba para coger aire, el bebé volvía a subir.
Estaban preocupados, se notaba, 7 personas conmigo, cada una en lo suyo, 2 matronas, 1 anestesista, dos con el monitor, una gine y el tocólogo. Al inicio creo que eran 8, una debió irse con mi primera hija...
Se miraban de unos a otros, el tocólogo dijo, ventosa! este bebé se sube! puja y no pares, no pares, no pares, resiste!
y eso hice, un pujo eterno, sin respirar, con todas mis fuerzas y al segundo intento, bajó y la "capturó".
Le dije que si a ella la podía ver y tuvo un gesto precioso, me la asomó por entre mis piernas los segundos que tardaron en cortarle el cordón, la ví, la toqué, me agarró el dedo, la adoré y de pronto aquel parto apresurado, de tanto riesgo se convirtió para mí en perfecto, mágico.
Se la llevaron al instante, mientras yo seguía notando su tacto y calor en mi dedo.
Daría lo que fuera por poder imprimir esa imagen, esa carita llorando, moradita, viva, real.

Pese a ser diminuta, era una bebé perfecta y normal, rasgos de recién nacida en mini.
Sin mis hijas en mi interior, la prioridad era que saliera la placenta,  pero me pasó igual que con mi hijo, la placenta estaba incrustada y no quería salir. Tardé mucho más en alumbrar la placenta que en parir 2 bebés.
En mi anterior parto me hicieron una horrible maniobra manual interna, aunque efectiva, que me costó un desgarro de más de 40 puntos, pero en este hospital, la técnica era distinta, manual pero externa, la realizaron con maestría las matronas, a golpe de presión y dolor, aquello no había epidural que lo omitiera.
Fue lo más doloroso del parto. Pero la placenta salió.
La hemorragia que tuve la semana anterior era de la placenta, pero milagrosamente se "curó" dejando visibles cicatrices, siguió funcionando y mis bebés estaban vivas.
La técnica manual externa continuó en la sala de recuperación, ya que empecé a tener una hemorragia, aquello era insoportablemente doloroso y como no tenía voz no podía ni gritar, se puede decir que grité con el mute puesto, apretando dientes y sin abrir la boca, total, para no articular sonido... , las matronas no paraban de decirme lo siento, conscientes del doloer, pero yo les dije con gestos, que no se preocuparan y siguieran haciendo lo que fuera necesario, pero uff.
Lo lograron, acabaron sudando a mares, pero lo consiguieron, acabé vomitando la cena de tanto meneo y me tuvieron que poner calmantes, primperán o algo similar y empecé a sentirme mejor.
Vino una neonatóloga a darme el informe de mis hijas, ambas respiraban, la gemela 2 había tenido mas dificultades, pero ya estaba mejor. Ambas fueron ingresadas en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN). Mis pequeños milagros, yo estaba fascinada, de esperar cesárea al regalo de parir 2 bebés, en aquel momento olvidé las posibles secuelas, la prematuridad e inocente de mí, incluso creí que se librarían de tubos y aparatos...
Estaba feliz y toda molestia física que tuve las últimas semanas de embarazo, desapareció con el primer ibuprofeno.
Parir, alumbrar, controlarme hemorragia y salir andando.
Ni un sólo punto.

Ya os contaré.

22 de agosto de 2018

Mi parto prematuro I

Uno de los momentos más increíbles y mágicos de mi vida. Pese a ser bebés muy prematuros, parirles me ha dejado unas sensaciones indescriptibles. Al igual que el parto de mi hijo, adoro rememorar el momento en el que les noté resbaladizos, cálidos y húmedos venir a este mundo. Cada uno de un modo distinto y sensaciones distintas. Me despedí a lo grande del mundo de los partos. Ahora os voy a relatar en orden cronológico como se desarrolló todo.


22:30h del 29/03 Iba sentadsa en el coche de copiloto y lo noté, ya conocía esa sensación de salida de líquido sin control, sin más, rompí aguas y mantuve la calma de tal modo que aún me sorprendo al recordarlo. Ingresé en el hospital con la bolsa rota, una de las doctoras que me atendió me animó contándome que era melliza prematura y estaba perfecta. Yo soy prematura, empezó a relatarme y lo supe, nacer antes no te hace ser un bebé prematuro, no, te convierte en prematuro para siempre, es una característica más.

30/03/2018
00:00  Me pusieron más tocolíticos, aunque las contracciones eran leves y sin dolor, pero las paredes del útero estaban peligrosanente al límite y decidieron trasladarme de urgencia en ambulancia al Materno Infantil de la capital, a casi 1h de mi casa. Yo estaba preocupada y a la vez muy serena.


Fui sola (con mis dos bebés) en la ambulancia), el conductor me dijo que era padre de gemelas, qué casualidad.
Me contó que no era común trasladar a una embarazada sola, pero no había personal disponible y eran las 12 de la noche, no era plan de llamar a amigas, y mi marido estaba con Pirata.
Recuerdo muchos detalles, como intentaba estar tranquila cuando me cambiaron de camilla, los techos de los pasillos, como se doblan las patas de la camilla al entrar en la ambulancia, el cariño con el que el conductor (¿Matías era?) decidió coger una manta del hospital, para arroparme en la ambulancia y me dejó una luz tenue.

En el trayecto tuve miedo, no notaba a una de las bebés, la pequeña, la que tenía siempre acelerado el latido. Intenté confiar, pero dejé de notar también a la otra bebé. Estaban dormiditas y yo aterrada con la idea de haber llegado tan lejos y perderlas.

Por suerte tenía amigas despiertas y estuve hablando por w.app con ellas (GRACIAS mamás blogger, y sobre todo GRACIAS HOBBITA, tu compañía virtual fue impagable).
Al llegar al nuevo hospital me dieron más antibióticos y me asignaron habitación, allí me reencontré con mi marido y mi niño que estaba dormido...


02:30 Lo primero que hicieron en planta es ponerme correas y controlar los latidos de los bebés. Estaban bien. Intentamos dormir, sin mucho éxito por mi parte. Era difícil conciliar el sueño cuando no paraba de toser (bronquitis) y a cada tos me salía líquido amniótico y tocaba cambiarme el empapador. Problemas de tener la bolsa rota...
Cada 2h monitores en la cama, la cual ocupaba la mitad Pirata (¿cuándo ha crecido tanto mi pequeño?).
El personal del hospital fue muy amable, una enfermera me dio dinero para comprarnos sándwiches (no recuerdo su cara ni su nombre, sino la buscaría y le devolvería el préstamo), otra enfermera solicitó trasladarme a otra habitación al ver que tenía un niño conmigo y me dieron una al fondo del pasillo, más amplia, luminosa y baño con ducha.
Ese día estuve tranquila, mimada. Todo el personal, tanto sanitario, administrativo o de limpieza, cada vez que entraban a mi habitación, tenían unas palabras agradables para mi hijo que estuvo en todo momento conmigo sin que nadie nos llamara la atención, de hecho un enfermero vino a buscarle porque en otra habitación había una niña de su edad en la misma situación que él, para que pudieran jugar juntos. La limpiadora fregó y desinfectó el suelo a conciencia para que mi hijo pudiera montar su autopista y jugar en él. Aquel hospital es realmente amigo de los niños.


En frente de mi habitación había una embarazada de 6 semanas menos que yo que llevaba 20 días ingresada con una de las bolsas de sus mellizas rota, así que pensé que mi situación podía ir para largo y decidí que, esa noche, mi marido y mi hijo regresaran a casa a descansar, coger más ropa, juguetes, etc. Como prevención contraté una acompañante que encontré en un grupo de Facebook que ya pasó una noche conmigo en mi anterior ingreso(sí, soy una mujer de recursos).


31/03
Esa noche fue difícil conciliar el sueño, ya que no paraba de toser y perder líquido. Estaba regular de la bronquitis y totalmente afónica, mi voz era apenas un susurro.

03:00  me dio un golpe de tos de no parar, el líquido amniótico empapaba todo, pedí algo para la tos y me trajeron miel ¬¬ ¿en serio? ¡venga ya! la noche anterior me trajeron un inhalador, pero esa noche tenía una enfermera flojucha.
Entre tos y tos mi acompañante (a partir de ahora L) y yo aprovechamos el desvelo para poner verdes a su ex y en mi turno de palabra decidí relatar los últimos acontecimientos con mamá ogra (suegra) pero en ese instante... ¡me dio un dolor de tripa horrible! yo que casi no podía andar, me puse de un salto en pie, me metí en el baño, pasando del reposo absoluto y pedí a L que llamara a una enfermera y a mi marido. Eran las 04:00. Me notaba descompuesta, con mucho dolor de estómago, la tripa dura, pero nada de dolor de regla ni similar a las contracciones de parto que yo conocía.
Llegó la enfermera que me obligó a salir del baño y meterme en la cama (yo necesitaba ir al baño!).
Me dijo que estaba de parto, yo le dije que no, ella que sí, me tocó la barriga y me dijo, "quieta ahí", yo sentía que o iba al baño o me estallarían los intestinos.
Yo estaba en plan cabezona, erre que erre, que no tenía contracciones por lo que no estaba de parto.
Me puso correas y... ella tenía razón (diablos!) y descubrí que cuando me repitió el dolor de estómago bien fuerte, el aparato marcaba una contracción de las gordas.
L realizó una nueva llamada a mi marido, que ya venía de camino: ¡que Ariel está de parto!.
De parto, otra vez de madrugada, cuando me gusta a mí ponerme de parto ¬¬.
Una parte de mí quería pensar que me lo podrían parar, otra, mucho más lógica, sabía que ya había sufrido hemorragia y mi útero no daba más de sí, esta vez no me pararían el parto porque sería peligroso para mí... Llegó la hora, pronto, pero llevaba todo el embarazo asumiendo eso, así que pude incluso sentir la emoción de ver a mis hijas mezclada con la preocupación de la prematurez. La cesárea no me daba miedo, me sentía valiente.
La enfermera llamó al tocólogo.
Coloqué mis manos en la tripa, disfrutándola, porque probablemente me quedarían pocas horas de embarazada, me dio pena... tener que despedirme de ellas, de la paz que me daban, de sus pataditas y esa sensación de vida y movimiento en mi interior. Me dio pena el riesgo que correrían, pena pensar que tal vez no salieran de aquella con vida, a las secuelas, a que sufrieran. Pero no tenía miedo en sí.
El tocólogo llegó en 5 minutos, las contracciones eran cada 4 (insisto, no dolían abajo, sino arriba, no eran como las de Pirata, no parecían contracciones  y yo me negaba a aceptar que estaba de parto)
El doctor era más joven que yo, sin mediar mucha palabra me destapó, me bajó las braguitas y me introdujo dos dedos, ea, ya estamos, aquí sin presentaciones ni invitarme antes ni a un café, ¡estamos apañados oiga!
Dicen que en esos momentos no te acuerdas de la vergüenza (¡mentira!).
Me dijo que estaba de 3cm y me llevaba a partos. (Cuanto agradecí la presencia de L, parecía una madre de alquiler).
Total, un tercer dolor me dejó doblada, ya sí parecía más que estaba de parto, aunque eran muy salvajes aquellos dolores, así, tan gordos de golpe, por lo que me costó centrarme, controlarme un poco y hacer las respiraciones, ya que las contracciones no empezaron poco a poco, pero una vez asimilé que estaba de parto, que ese era el motivo del dolor, me centré. "Duele muchísimo, porque así es dilatar" me decía en mi cabeza "si me relajo y respiro, lo llevaré mejor, va a doler menos" y... lo hice, pero dolía igual, "¡cagó en tó, madre de mi vida, qué barbaridad, ya no me acordaba yo de esto!" y un largo etc de pensamientos similares.
04:15 Al llegar a partos se montó mucho ajetreo a mi alrededor, monitorizar a los bebés fue la prioridad, me pincharon un neuroprotector para los bebés, me mareé y me quedé semi inconsciente, seguía notando los dolores, escuchando voces, pero como desde muy lejos, me pincharon otra cosa y me espabilaron un poco. ¿Qué era aquello tan chungo?, mira que me avisaron que me iba a poner malísima y no me mintieron. Vías, oxígeno, cables, aparatos, vaya cuadro!

04:30 Aproveché para pedir algo para el dolor (lo cual tuvo bastante dificultad ya que os recuerdo que estaba prácticamente muda) omití el hecho de que tengo la espalda pocha y supuestamente no soy apta para epidural. Las contracciones eran cada 2 min, por suerte el anestesista no tardó en llegar.
¡Sorpresa! este anestesista me puso la epidural en menos de 1 minuto, sin dolor ni molestias, a la primera (no como la otra vez).
04:35 Acto seguido me hicieron un nuevo tacto, ¿¡7cm!?. El tocólogo (que si que tocaba, sí) me dijo al salir por la puerta, "si tienes ganas de ir al baño, avisa", y solté "tengo ganas, muchas ganas" con lo que me gané otro intento de tacto que acabó en un " ¡la cabeza!, no empujes, NO EMPUJESSSSSS! ¡a QUIRÓFANO!
El quirófano no estaba lejos, pero yo sentía la presión y tuve que controlarme muchísimo para no pujar en la siguiente contracción, que dolía lo suyo, una vez entré alguien dijo: ¿tenemos cesárea? y el tocólogo contestó con voz de impaciencia, NO, ¡tenemos CABEZA!
Me cambiaron de la camilla a la mesa fría de metal, me tumbaron totalmente horizontal y en la siguiente contracción, segundos mas tarde, pude pujar y noté algo viscoso, caliente, resbaladizo, no puedo olvidar esa sensación, en medio del dolor me resultó agradable, de hecho sentí alivio y esperé la siguiente contracción para volver a pujar, pero ésta no llegaba ¿qué pasaba?.
Entonces hice una pregunta absurda "¿sigo pujando? ya no noto contracciones", y me miraron raro y lo supe, mi bebé había nacido ya y ya no estaba, se la habían llevado sin que me enterase ni de que había nacido, sin que me la enseñaran ni nadie anunciase su llegada, no vi a mi pequeña...

22 de mayo de 2018

Días de hospital

Aunque no era mi primera amenaza de parto prematuro, esta vez la cosa pintaba mucho peor, una hemorragia así a las 28 semanas no pintaba nada bien.
Por suerte, en cada control que me hacían, mi cuello uterino permanecía en 24mm y las contracciones eran leves y no iban a más, el sangrado también fue remitiendo para quedar en un pequeño manchado.
Ingresada me enteré del sexo de los bebés, entre tanto jaleo y susto, a alguien se le escapó, no me importó (tal vez un poco, vale) pero con la que tenía encima, el sexo de los bebés era lo que menos me preocupada.

DOS NIÑAS, GEMELAS

¡Como la mayoría intuía!, dos pequeñas. Me quedaba sin mi sueño de ser madre de otro niño, pero con lo que no quería quedarme era sin mis niñas, por nada del mundo. Ellas eran esas dos rayitas de un test positivo que siempre amé tanto y tan pronto que pocas personas podían entender mi terror a perderlas, si todavía no eran nada, pero se equivocaban, eran ellas, desde el inicio, siempre ellas, ¿cómo no iba a aterrarme la idea de perder algo tan precioso?

Me dieron el alta con reposo en casa, en posición tumbada o sentada periodos cortos, como mucho, paseos en silla de ruedas para baños de sol por un importante déficit de vitamina D.
Así que me vi en silla de ruedas y me dio igual, iba a ser temporal y de todas formas hacía semanas que casi no podía caminar, pero eso os lo contaré en otro momento.
Ese mismo día era el cumpleaños de mi niño y fui del hospital a la celebración, aunque no me levanté de la silla y vi todo un poco desde segunda fila, pero a él le entusiasmó que yo estuviera allí, sé que me echó de menos cuando estuve ingresada y aquello compensaba muchas cosas.

Al llegar a casa sólo quería dormir, en el hospital no dormí demasiado bien. Sin embargo por algún motivo que desconozco se metieron mis suegros en casa, por el cumpleaños del niño. Yo necesitaba tranquilidad después de tremendo susto, cenar, ducharme, dormir, para ello necesitaba intimidad y la ayuda de mi marido, pero no, allí se puso mi suegra a gritarme que tenía cuento, que ni parto prematuro ni nada, que lo que quería era tener a su hijo esclavizado y que él no podía faltar a su trabajo, que yo me apañara sola en casa y me pusiera la tele y si no podía ducharme, ir al baño, comer, etc, que me aguantara. Todo eso a voces, con muy mal tono, no me dejaba ni hablar, aunque yo no estaba hablando con ella, ella se metía en medio a decir NO a todo. Que si ella sola llevó a tres (de qué manera ni os lo cuento) que yo no valía un duro que tanto ir al hospital, que sí que blandita, blablabla.
Aclaración: mi embarazo no me trajo malestar, sin embargo cada vez que me ponía de parto sí que iba a que me pararan las contracciones, pero por mis bebés!!!
Ese estrés de no poder mandarla a donde bien se merecía, me provocó contracciones más o menos seguidas que continuaron una vez se fue de mi casa.

A la mañana siguiente empecé a expulsar tapón mucoso y por la noche me vi de nuevo en urgencias porque me dijeron que si eso pasaba que fuera corriendo a que me ingresaran.
Pero esta vez me topé con una gine que me dijo que sin tapón podía estar 6 semanas más, sin hacer ni caso a informes previos, me mandó de vuelta a casa andando, y mi silla de ruedas en el coche porque a consulta me llevó una celadora con la silla de ruedas del hospital, pero para irme, dijo que me podía ir andandito y eso que yo sin muletas no podía casi andar por una rotura muscular en el glúteo, pero le dio igual. Encima iba sola porque mi marido estaba con Pirata.
Me fui arrastrando como podía, con bastante dolor en el coxis hasta que noté encajarse a un bebé.
En resumen, horas más tarde se me rompió la bolsa, de nuevo a urgencias y en esta ocasión me encontré con las gines de siempre, que tras examinarme y ponerme antibiótico, decidieron trasladarme en ambulancia de forma urgente al hospital materno infantil de la capital.
Ya era día 30 de Marzo, y yo estaba de 29 semanas.
Continuará....

26 de abril de 2018

Amenaza de parto prematuro

Lo primero agradecer hasta el infinito la cantidad de mensajes preguntándome como va todo, gracias, muchísimas gracias.

Actualizo desde el móvil, un anticipo.

En marzo empecé con bastantes contracciones, pero mi cuerpo y sobre todo mi útero y articulaciones ya no pudieron más, tanta inyección para detener el parto, tanta progesterona me crearon tal exceso de relaxina (hormona del embarazo que relaja los músculos pélvicos, sobre todo)
que mi coxis se desplazó, oprimiendo un nervio, causando tal dolor que me impedía andar, pero una es un poco asno y forzó, lo que me produjo una rotura muscular, con inflamación y hematoma incluído. Además de reposo, me vi en muletas y con sesiones de fisio para tolerar el dolor.
Para colmo pillé una bronquitis que me dejó sin habla y con una tos horrorosa que me movía toda la tripa.
Fue una madrugada sin dejar de toser y tener contracciones de B.H que al ir al baño descubrí la peor pesadilla, sangre, roja, brillante, abundante y aterradora. Muchísima sangre.
He pasado ya por eso... y sé lo que suele venir después, pero nunca de 29 semanas...

El 23 de Marzo ingresé por urgencias en el hospital. Eco, correas... hay un latido y... otro más, están bien. Aunque un bebé está con taquicardia.
Reposo absoluto, control diario en correas, hierro en vena cada 48h por anemia tan severa que valoraron hacerme transfusión y lo más importante, 2 inyecciones para la maduración pulmonar de los bebés.
Continuará...

1 de marzo de 2018

26 semanas embarazo gemelar

Estas semanas ha pasado de todo un poco. Lo mas triste es el diagnóstico de una enfermdad muy grave de un familiar muy cercano, querido y necesario en mi vida.
Su rápido deterioro, coincidiendo con esas tres semanas que estuve con gripe, neumonía y sinusitis.
Y por último... en fin, si encuentro fuerzas os hablaré de cómo he vivido el duelo embarazada y de reposo. Es muy duro y duele demasiado, no soporto la idea de haberle perdido aún y menos del modo en que todo coincidió...

Pero hoy me quiero centrar en el embarazo.

Por un lado la amenaza de diabetes gestacional, bebés de mayor tamaño de lo normal con el consiguiente riesgo. En mi caso, a consecuencia de mi miniútero, es absolutamente contraproducente que los bebés pesen más de la cuenta y menos cuando estaba en la semana 21.
Por lo general a más peso mejor para un prematuro, pero con 21 semanas poco les iba ayudar, en mi caso lo que es necesario es una buena maduración de órganos, y debido a la falta de espacio, lo deseable es que sean pequeñitos, dentro de lo normal, para que aguanten dentro lo máximo posible.
Otro problema fue la discrepancia de tamaño y peso entre uno y otro cada vez más notable.
La sombra del terrible (y mortal) síndrome de transfusión feto fetal planeaba sobre mi cabeza. Los gines aumentaron el control, el reposo y me pusieron a dieta.
Cada 3 semanas me hacen la curva larga de la glucosa y me controlo en casa con el glucómetro.

Por último, a uno de mis bebés le han detectado arritmia, latido fetal acelerado mantenido en el tiempo, por lo que además de los controles cada 10 días, también me vio una experta que me hizo eco de 1hora.

De estas tres cosas tengo buenas noticias.

-Mis peques se han regulado en peso, y la diferencia entre uno y otro ha disminuido, además de que al fin mis gordis ya van acorde a sus semanas respecto a peso y no por encima. ¿Habrá funcionado la dieta?

-Diabetes medio controlada, el 9 de Marzo me repiten la prueba por tercera vez.

- El latido acelerado parece que no es por un problema morfológico de su corazoncito, sino del sobre esfuerzo que debe realizar para alimentarse, ya que el otro bebé tiene mejor posición y mejor flujo en el cordón umbilical. Es evidente que es algo que me tienen que vigilar, pero al menos, todo indica que su corazón no precisará cirugía nada más nacer.

Pesan entre 800-900gr y miden entre 32-35cm. Son unos bebés hechos y derechos, muy lejos ya de aquellos embrioncitos de 3mm.
Se mueven mucho, a veces parece que nunca duermen, luchan bastante por el espacio.
El pequeño está en cefálica en la parte izquierda por arriba, cuando le toco, se desliza cual serpiente y acurruca el culete en el hueco de la palma de mi mano, como buscando calor y en minutos se queda inmóvil, imagino que se duerme.
El grande está en podálica, con el culo aplastado en el canal de parto y su cabeza al lado de la del hermanito o hermanita. Cuando quiere más espacio hace fuerza con los pies y con la cabeza empuja al bebé pequeñito, sin duda es más dominante desde su lugar privilegiado. Cuando le toco lejos de relajarse se lía a manotazos y patadas.
Casi siempre repiten comportamiento.
Mirarme la barriga se ha convertido en uno de mis mayores placeres y cada vez que me viene un miedo y tengo tiempo, me destapo la tripa y me recreo de lo lindo viendo kárate fetal. Les canto, leo, acaricio...
No hay miedo que no distraiga con una buena sesión de "tripoting"
Pirata cada vez se muestra más entusiasmado con los hermanitos y ya les ha puesto nombres, lo malo que él quiere niño y niña y no, son del mismo sexo, sea cuál sea. El cual, al igual que con Pirata hemos decidido no saber hasta que nazcan.

Pirats les habla, toca y besa a través de la tripa, pero le da repelus cuando le arrean una patada, quita la mano con cara de susto! 😂

Ahora... para acabar, algo bonito.

Bebé 1 en podálica, el grande

Bebé 2 en cefálica

Ambos juntos, el grande es el que parece que intenta besar o zamparse al peque, que se tapa con una manita.

15 de enero de 2018

20 semanas embarazo gemelar y gripe

Me hacía mucha ilusión ir actualizando con fotos de tripa, ecos, etc, pero las cosas no salen siempre como una imagina.
Desde diciembre empecé con un catarro, cuando parecía que estaba bien, en pocos días pillé una maldita gripe A, desde entonces no levanto cabeza, tuve bronquitis que dio paso a neumonía, el dolor de garganta y pecho es insoportable. El de oídos no se queda atrás.
Hace unos días, parecía que iba mejorando, menos tos y fiebre, pero empecé con una sinusitis complicada, donde tuve una inflamación espontánea de frente y cara, con caída de párpado, dolor y presión muy intensos, insoportable.
He ido a urgencias, al de cabecera y por privado, a las embarazadas no pueden recetarles nada más que paracetamol y no me alivia nada de dolor, solo la fiebre, es un verdadero tormento, paso mis días en medio de un dolor inhumano que no me deja ni dormir. Jamás estuve tan enferma.
Me están vigilando la infección de los pulmones y ahora también, que no me llegue al cerebro, por el evidente peligro para mis bebés y para mí misma.
Estoy asustada por mis peques, desanimada porque lejos de mejorar, no dejan de salirme más y más cosas. Y todo empezó con una gripe!
Mi consuelo es cuando se mueven, aunque pataditas suaves, lo importante es que siguen conmigo, me preocupa tanta fiebre y 12 días de paracetamol, si les puede dejar secuelas o tras tanto sufrir que les pierda por una maldita enfermedad.
Están gordit@s, precios@s, totalmente formad@s.
Ya hemos dado la noticia a Pirata, lo llevamos a la eco de las 18 semanas y no paraba de preguntar: mami, que hay en tu barriga? Qué te has comido?
Y al final mirándonos a los ojos le dije, «cariño, hay dos bebés, pero no me los comí». Su carita no la olvidaré jamás, lo aceptó y desde entonces procura ser menos bruto y se me sube encima con cuidado para: "no romper a los bebés" dice, eso ha salido de él. Es un niño tan dulce, me cuida tsnto, por enferma que esté, es mi bálsamo y el único capaz que me saca sonrisas hasta con 40 de fiebre.
Lástima no haber podido disfrutar de él estas vacaciones, sino que lo pasé en cams y en el hospital, pero vinieron así las cosas, deseo que llegue pronto Semana Santa y compensar.

Un abrazo a todas y muchas gracias por acompañarme, en cuanto mejore cumpliré mis promesas para que veáis crecer a esos bebés, eco a eco conmigo.

23 de diciembre de 2017

16 semanas embarazo gemelar, emociones

He pasado mucho tiempo de retiro, lo necesitaba, estar a solas conmigo misma y mis sentimientos.
Ha sido un boom de emociones, una auténtica montaña rusa.
La búsqueda, la infertilidad, los embarazos, la felicidad y el miedo de la mano, los abortos y el dolor del vacío, de la derrota, volver a ser fuerte, búsqueda y más búsqueda, encuentros y desencuentros, pruebas, diagnósticos fatales, tratamientos y vuelta a empezar un camino sin fin. Conseguir y perder.
He estado apática, cabreada, suceptible.
Me he sentifodo triste, dolida, incomprendida y decepcionada.
He tenido que apartarme de gente a la que quiero para no salpicarles cuando he sentido que ya no podía más y podía herir a quien menos lo merecía.
Otros me han hecho mucho daño también.

Pero igual que sucede siempre, vuelvo a ser fuerte.
Mi hijo y mis bebés me hacen fuerte y feliz.
Pirata ha resultado una gran personita, es un niño tan noble, tan bueno, pese a tener un carácter fuerte, de hecho, me encanta esa fuerza arrolladora y esa integridad suya, porque es respetuso y amable. Sé que no soy imparcial en absoluto, pero es de las personas más dulces, graciosas y sinceras que conozco.
Respecto a mis bebés... el miedo a perderles ha hecho que aprenda a quererles más rápido, gracias a eso he establecido un vínculo intenso con ellos, les acaricio, hablo y estoy viviendo un embarazo muy emotivo. Cada noche escucho sus latidos, esa paz, esa VIDA, me es imposible contener la dicha. Intento disfrutar el presente, pero fantaseo con verles la carita.
Ya hemos dado la noticia y me encanta añadir: son dos!
Se me nota en la cara, en la voz, la ilusión, el sueño que vivo, pese al miedo a que acabe, si me toca vivir una pesadilla, creo que me merezco con más razón disfrutar ahora de lo bonito y transmitir eso a toda la gente que me quiere y ya les quiere.

Ya no tengo náuseas, sí he tenido más sustos y he tenido que extremar el reposo, pero llega un punto, que un miedo más ya casi no hace mella.
Se me nota la tripa y la luzco orgullosa, mi marido también está feliz de nuestra barriguita. Por si después  no tenemos oportunidad... ya les queremos hasta el infinito.

Me hacen ecos cada 2 semanas y controles casi todas las semanas, están casi igual de tamaño y un poco regordetes. Por ahora tienen espacio y se ven sanísimos, sin enredos de cordones y aunque la placenta se ha desplazado y están muy abajo, ésta funciona perfectamente.

Ya os pasaré más detalles del embarazo, síntomas, fotos de tripita y alguna eco.

Muchas gracias por tanto apoyo y compañía, cuando amistades muy cercanas físicamente me han fallado y dejado sola, vosotras, mis chicas bloggers nunca me habéis dejado sola.






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9 de noviembre de 2017

10 semanas embarazo gemelar

Resuelto el desprendimiento de placenta, ahora estoy en un paréntesis, aunque a veces si estoy mucho rato de pie por casa o algo un mínimo esfuerzo empiezo a manchar y vivo un poco con el susto soplándome la oreja.
De ánimo voy bien, yo diría que mejor que físicamente.

Mis síntomas
(Algunos son más por el exceso de progesterona y el reposo o al menos se ven incrementados por estos dos factores).

- Náuseas, a partir de medio día y empeorando. Me da vuelcos el estómago pero no logro vomitar, voy y paso el mal rato, pero nada. Esto me deja dolor de barriga y de garganta un buen rato.

- Inflamación abdominal desde debajo del pecho, esto es debido a la progesterona y el reposo, ya que ralentiza mucho el tránsito intestinal creando bolsas de gas, algo dolorosas y muy molestas.

- Mareos y hasta desmallos, evitables, puesto que llegan cuando van en aumento las náuseas y estoy en movimiento. Así que quietecita y mano de santo.

- Acidez, creo que los gases me han subido el estómago al gaznate, se me calman comiendo manzanas.

- Ascos a olores y ¡Ojo! Para que sea más emocionante cada día varían, un día es pescado, otro el fregasuelos, la pizza, ¡cada día es una aventura! Por suerte no son acumulables, sólo intercambiables.

- Dolor de pecho, bah, duele hasta rozar, pero al lado de lo demás me resulta insignificante.

- Antojos: tomate, manzana, agua muy fría, migas a todas horas, sopas y atún en lata en la tostada de tomate, pero hay que limitar consumo. Rechazo dulce y leche! Yo que era una chotilla de litro diario, tomo poca en el descafeinado y punto.
Al inicio me dio por comer pepinos frsesquitos con sal a mordiscos.
Como sin hambre porque es lo único que me calma un poco el revuelto de estómago y una especie de agujero negro que tengo dentro.

Por lo demás todo bien, unos días más desagradables que otros, pero soportable.
De Pirata tuve sueño, agujero negro con hambre y dolor de pecho, fue maravilloso!!!  Esta vez me tocó una experiencia totalmente distinta, pero con muchas ganas de aguantar lo que me echen por una semana más.

El lunes...11 semanas.

Añadir que uso cada noche el Angelsound y escucho al menos los latidos de uno, a veces de ambos y otras solapados como una carrera de caballos, es maravilloso.
Si olvido el peligro, me parece precioso llevar dos bebés a la vez en mi vientre, a veces ni me lo termino de creer.
Qué bonito si se quedaran...

Os quiere, mamá.

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26 de octubre de 2017

Desprendimiento de placenta

A todos mis miedos se me añadió un SUSTO extra, sí, otro. 
El 25/10 estaba haciendo reposo en el sofá, pero mi pequeño Pirata no lleva nada bien el cambio de vida radical, de vivir cada tarde una aventura y mucha actividad, a pasarlas con una madre en modo un-cojín-más.del-sofá. Así que jugando me dio dos porrazos, uno medio esquivado y otro de lleno, sentí su codo y el peso de su cuerpo que se me lanzó a toda velocidad, justo donde están los bebés, me doblé de dolor y el pobre se asustó. 
El drama fue cuando fui al baño y me encontré sangre por las piernas y al limpiarme coágulos, uno tan grande que pensé que eran los bebés. Cómo empecé a notar dolores punzantes y sangraba más que una regla me fui con el corazón hecho añicos al hospital. 
Sabía que este momento era más que probable que llegara, pero no estaba preparada y me dí cuenta que pese a saber que llegará y supuestamente si va a suceder mejor cuanto antes, no, de ninguna manera quería que sucediera, "NO ESTOY LISTA" y me di cuenta que nunca lo estaré, que no quiero que suceda ni ahora ni nunca y mi resignación anda por ahí perdida. 

Papá Pirata me dejó en urgencias y se tuvo que quedar con un Pirata que se subía por las paredes y pedía calle a gritos. Entré sola y por primera vez en toda esta historia, se me hizo un nudo en la garganta y me costaba hablar.

Mis gemelos y yo...
De pronto sentí que aquel dolor era demasiado real y temí como cualquier madre por la vida de sus hijos, por diminutos que sean aún, se ve que el hueco que debería ocupar mi resignación lo ha invadido un instinto maternal bestial, porque ya les siento, les sueño y les imagino conmigo. Me es imposible separar la razón del corazón. Tengo 3 hijos, dos están en peligro, y si alguien insinúa lo contrario...lo mismo le muerdo.
 Por eso aún no lo hemos contado y me hace sentir más segura y fuerte guardarlo en secreto, no quiero que nadie le quite importancia o intente evadirme de sentir lo que siento, no necesito consuelo, solo apoyo. Y como yo no se permanecer mucho tiempo triste, me lleno de fuerza y rabia. Defiendo mi derecho a sentirme como me siento, el dolor es real y les hace reales, les defiendo a ellos y me protejo, porque también, ahora soy vulnerable e impulsiva. Y tampoco quiero andar peleada con todo el mundo, me he convertido en LEONA.

Me atendieron rapidísimo, y el sangrado iba a menos y... ahí seguían mis dos bebés, hermosos y latiendo llenando de vida y de esperanza esa misma sala donde tantas veces he tenido que escuchar "no tiene latido, lo siento".

El hematoma retrocorial medía 8mm, muy pequeñito, sin embargo me encontraba ante una "amenaza de aborto". Otra más, lo mismo me la convalidan ¿no?.
Me pasaron a reposo absoluto, más progesterona (¿más? si), seguir con eutirox, yodo, ácido fólico y heparina.

Tuve mucho miedo, ya no son dos manchitas, ya tienen extremidades, se mueven y se aferran a la vida y yo, me aferro a ellos. 
Pequeños, creo que esta vez nos vamos a librar. Lo presiento.

Tengo que agradecer la cantidad de energía positiva, comprensión y apoyo incondicional de amigas y conocidas. He pasado de estar hundida a sentirme fuerte, asustada, pero peleona. Whatsapp, mails y montones de mensajes durante las largas horas de reposo. De alguna manera me habéis transmitido algo indescriptible, paz, cariño, luz en medio de tanta oscuridad. Gracias por pedir por mis peques, gracias por acompañarme. 


23 de octubre de 2017

Primera ecografía


Llegué puntual, tras una breve charla donde le explicaba mis miedos, ectópico, sin latido, embarazo de mellizos... me dijo que me pasara a la camilla con optimismo. Yo creía que en esos tres miedos embarcaba todo lo posible, me equivoqué.

Pocos segundos bastaron para que le cambiara la sonrisa, un giro rápido de pantalla que nos dejó helados y sin visión, cara seria, ¡se puso pálido!.
¿Qué pasa?
- Esperad, dejadme mirar primero a mí, tengo que comprobar algo -  acto seguido mandó a la enfermera a por otro ginecólogo más mayor.

En esos minutos se me pasó de todo por la cabeza, esa reacción de un ginecólogo no es normal, tiene que ser algo mucho más grave que un embrión sin vida, incluso pensé, ¿tiene dos cabezas?

- ¿Es ectópico? - me atreví a preguntar más por romper el insoportable silencio más que otra cosa.

- No, no, está en el útero y de hecho ya he visto uno con latido y todo.

Mi tercer temor...
- ¿Son mellizos?

Entonces llegó el otro doctor, mi marido con cara de susto, mi hijo dormido, yo con las piernas abiertas, asustada, vulnerable, expectante y dos doctores mirando una pantalla muy serios mientras hurgaban en mi interior.

No son mellizos (microsegundo de alivio) son gemelos y de los raros. Sólo entonces giró la pantalla y pudimos ver a nuestro chiquitines.

Son monocoriales monoamnióticos. Para que os hagáis una idea. Los de abajo a la derecha.



Nos hicieron un breve resumen de lo que eso significa en una mujer con un útero normal.
Es embarazo de alto riesgo, como cualquier embarazo gemelar, sólo que al compartir corion, placenta y amnios, el riesgo se triplica, sobre todo en este caso, es común un enredo entre cordones que resulta mortal para uno o ambos bebés.

También hay un riesgo llamado transfusión feto fetal donde un bebé recibe más de lo que necesita y el otro menos, uno muere por deficiencia y otro por sobrecarga.

Ya dedicaré un post entero a este tipo de gemelos que se da en un de cada 50.000 mujeres.

Aunque muy peligroso ya de por sí, éste no era el peor riesgo, sino un añadido a un riesgo mayor: están en un útero unicorne, no hay espacio, no hay futuro.

En este caso no existe la triste posibilidad de reducción embrionaria. En este caso no existe posibilidad alguna. Es una noticia espeluznante, porque una parte inconsciente de mí manifestaba amor incondicional y un instinto de protección animal hacia mis hijos, incluso una alegría contenida por su existencia. Pero no podía ser. 
Es muy duro ver a tus bebés en una pantalla, vivos, sanos, con latido, uno incluso se movía y tener que evitar alegrarte de que existan, contenerte para no quererlos porque se tienen que ir, tarde o temprano tu útero asesino acabará con dos de las personitas que desde ya, más quieres en el mundo.
Para mí y mi corazón, son mis hijos y no puedo sentirlos de manera distinta. Sólo las madres que piensen cómo sería perder un hijo, pueden entender lo que siento.

Un embarazo de este tipo en un útero como el mío, por estadística se da en 1 caso entre 5.000.000.
En ese instante la vida me pareció muy cruel y macabra. Quien me conoce sabe que para mí la maternidad es mi estilo de vida, mi mayor ilusión, mi mayor fuente de felicidad sin competencia. 

Siento que me han puesto la miel en los labios y resultó estar envenenada. Tras dos pérdidas seguidas me pareció hasta injusto, increíble tanta mala suerte junta y seguida, como si la vida me estuviera mandando un mensaje. "No porque luches lo vas a lograr a más lo intentes cosas peores y más extrañas te sucederán" y esta vez, he captado el mensaje. 
Desde pequeños nos mandan mensajes de que hay que luchar por lo que uno de sea, ser constante y al final lo logrará, pero no es así, a veces, tus sueños se rompen en mil pedazos y hay que aceptarlo.

Foto de internet
Ahora estoy en ese limbo, donde no puedo superar ni iniciar el duelo, como me dijo una amiga mexicana, no puedes enterrar al muerto hasta que esté muerto. 
Me toca sufrir y vivir en una agónica incertidumbre de cuando morirán mis hijos, si lo harán a la vez, si uno sobrevivirá, si si si...
No pude llorar ni puedo, tengo dos preciosos pequeñitos en mi interior y espero saber transmitirles cuánto les quiere su mamá, tengo que darme prisa para darles todo el amor de madre que les tenía reservado para toda su vida, concentrado, es de ellos y no quiero que se me quede dentro, porque realmente no sé de cuánto tiempo dispongo.

19 de octubre de 2017

Cuando la Beta no duplica


La beta (HCG) es la hormona por excelencia del embarazo, se detecta tanto en test de embarazo como en analíticas de sangre, empieza a manifestarse en nuestro organismo a las 48h de la implantación del embrión en las paredes uterinas.
La implantación sucede entre el 6º y 10º tras la fertilización del óvulo. Por eso muchas mujeres obtienen un test positivo bastantes días antes de la falta. Para que estos datos tengan validez, tendrás que conocer el momento exacto de tu ovulación y yo, lo conocía.
4-5 días antes de la falta yo ya el amago de sombra en el test de embarazo, que se iba marcando cada día un pelín más, casi nada y me temí otro ectópico, de todos mis abortos fue el más pesado y complejo, es... eterno.

Mi beta a las 4 semanas era de 140.
La beta una vez se detecta embarazo suele duplicarse entre 48-72h.
Así que a los dos días me hice por mi cuenta una segunda beta y... no duplicó.
                                                         
                                                       ¡¡ TRIPLICÓ!!

De 140 pasó a 484, de hecho casi cuadruplicó, la chica tuvo que repetirme la cantidad 4 veces.
Vale, esto es nuevo y no me lo esperaba.




Entonces recordé que en el ovario comunicante me dejaron los dos óvulos para las relaciones programadas, porque en estos casos es mejor no tocar y sólo me tocaron el derecho porque no comunica y me jugaba una hiperestimulación.

¿MELLIZOS?


Me encantaría poder tener mellizos, antes de saber que era infértil fantaseaba con la idea, era como un sueño, si pudiera, por desgracia mi útero es unicorne y una noticia así sería un caramelo envenenado, casi no cabe un solo bebé por lo que dos son absolutamente inviables, eso siempre me lo han dicho claro. Aunque esa posibilidad era muy remota, puesto que por la posición de mi útero ya es difícil que implante un bebé, dos es una entre un millón, me informaron de que en ese hipotético caso debería de someterme a una reducción embrionaria, donde aspiran a un embrioncito y hay un riesgo de sangrado, despegamiento y posterior aborto del otro, con la suerte que tengo...
He vivido muy de cerca el caso de una amiga a la que le recomendaron esta reducción, la cual no se hizo y efectivamente acabó con trágicas consecuencias. Si yo he sufrido su caso muchísimo, no quiero imaginar ella. No es algo que le desearía ni a mi peor enemigo.

En mi cabeza empezaron miedos nuevos, dudas, búsquedas en google sobre hormonas que triplican, todas mis búsquedas me llevaban a embarazos múltiples.
Empecé a dudar de las medidas de este laboratorio porque era uno distinto o a pensar que a lo mejor mi bebé empezó lentito y luego se puso al día, por eso no marcaba los test...

Para descubrirlo, tocaba esperar otras dos semanas donde me harían la primera eco. 
Y ésta me guardaba una sorpresa fatal que ni en mis peores miedos ni presentimientos había llegado a contemplar...


18 de octubre de 2017

El día de la BETA, el más doloroso de mi vida

La "maravillosa" beta-espera... 2 semanas desesperantes tras un tratamiento bastante agresivo, exigente, doloroso y caro, muy caro.

La primera semana ni me enteré, la segunda empezaron los nervios, no me asustaba un negativo, le tenía pánico a un positivo suave...
Intenté olvidar mis experiencias previas, pero es difícil, de nuevo coincidía una nueva fecha de NO-PARTO y es más que evidente que de nada sirve tener la mente positiva, las últimas veces no me sirvió más que para que después el golpe fuera más duro.
Debí de calcular mejor este tratamiento para evitar que coincidiera en el tiempo y evitar un poco el Déjà vu.
Pero sucedió, me vi en mi fecha de NO-PARTO con un nuevo test positivo en las manos, esa maldita sombra, esa maldita línea que no termina de marcarse con el pasar de los días...

"No tiene por qué repetirse, no te va a pasar siempre, nadie tiene tan mala suerte, mente positiva" blablabla. Puede repetirse y lo hace. Basta de autoengaño y a ver si aprendes bonita. (Mis conversaciones interiores, sí, todo muy cuerdo, ya ya)

Cuatro días antes de la analítica yo sabía que estaba embarazada, de hecho dije al que me sacó la muestra, "yo se que va a salir positiva, pero muy bajita".

Ese día me dolían los ovarios, un dolor de regla in crecendo empezó a fastidiarme justo al salir de la analítica, tuve que entrar a una farmacia a por analgésicos, paramos en una cafetería dispuesta a desayunar para tomar las pastillas y se desencadenó el infierno.
A 70km de casa, en una ciudad que no conocemos muy bien, sin tarjeta de la S.Social encima, empecé a e experimentar el dolor físico más intenso de toda mi vida, al llegar al coche el dolor había superado con creces el dolor de mi parto, un pinchazo fortísimo en el lado izquierdo que me hizo gritar, yo que ni un suspiro dí pariendo, grité de dolor, por primera vez en mi vida y al comprobar que cada vez dolía más y más, grité de miedo.
Perdidos en una ciudad, buscando un hospital, mi marido asustado, yo retorcida, llorando, gritando y en mi interior sentía que yo no conocía a esa mujer, yo tolero muy bien el dolor, me contengo, pero aquello me podía, intentaba relajarme sin éxito y entré en pánico, creí que me moriría en el coche, que no volvería a ver a mi niño... Y lo supe, se acabó, si salgo de esta no habrá más intentos.

"¡Me voy a morir aquí!" le dije al pobre de Papápirata, llamamos al hospital y no dejaban de pasar la llamada de unos a otros, yo escuchaba a mi marido repitiendo una y otra vez lo que sucedía y no se ponían de acuerdo a qué hospital mandarnos.  Acabamos llamando al 112.
Aquello fue para olvidar, entré en volandas por la puerta, me colocaron en silla de ruedas y luego en camilla, me desnudaron y empezaron a preguntarme, yo me mordía los carrillos para no gritar, para contestar, me pusieron una vía y multitud de analgésicos y pasó la pesadilla. Aquello fue dantesco y me dio vergüenza, debí parecer una histérica, de hecho es lo que pensaban hasta que me hicieron la eco...
Pensé, esto es otro aborto, ¿un ectópico de mellizos y por eso se manifestó tan pronto?. En el hospital lo consideraron como mi 5º aborto.
En menos de 2 horas volvió el dolor, esta vez me pusieron más dosis, me hicieron eco y vieron un enorme folículo en el óvulo izquierdo, más bien mi quiste, que ha crecido. Dejaron de mirarme como si fuera una demente.
El otro ovario estaba lleno de hematomas debido a la punción de 14 días antes, de la que por cierto, desperté fatal con muchas nauseas y algo de dolor. Mi interior estaba destrozado, ensangrentado, hinchado...
El día de la Beta lo pasé ingresada y sola. Papápirata tuvo que volver a casa para recoger a Pirata del cole, de todas formas donde me tenían metida no podía haber acompañantes.

Por la tarde me llamó el gine de la clínica de fertilidad: "Enhorabuena, estás embarazada"
Yo le dije "sí, lo se, me hice test, pero es baja, ¿verdad?
Pero el gine me dijo que era de 140, que por encima de 100 estaba perfecta para las 4 semanas de embarazo y me dio cita para mi primera eco a las 6 semanas.
Le conté que estaba ingresada y lo cierto es que estuvo preocupado y me ha estado llamando para ver como voy. Bien por el gine, punto para la clínica.
Depende de la tabla de referencia una Beta de 140 era baja o normal.



Por fin me dieron el alta, me recetaron la progesterona y heparina, que hasta el momento no me entraba por la seguridad social y me fui a casa, asustada por si ese dolor volvía. Nunca volvió.

Ese día no tuve un aborto y fui feliz por volver a casa con mi niño.
Creo que dejaré de decir ¿qué más puede pasarme? porque después la vida responde y no me gustan nada sus respuestas últimamente.

¿Experiencias con Betas?

12 de octubre de 2017

Tratamiento de Fertilidad: nuevos estudios

Cada embarazo que tuve fue mediante tratamiento de fertilidad pero desde mi punto de vista era de lo más light, consistente en tomar Clomifeno del día 5-9 del ciclo, controlar con test la ovulación y 48h tras el test positivo iniciar tratamiento con progesterona.

De esta forma los embarazos llegaban en 1-2 meses, pero... los abortos también.
El ectópico me hizo perder 3 meses mientras se resolvía, más 6 meses de espera por el Metrotexato.
Del siguiente me quedé al primer o segundo intento, pero fue aborto retenido a las 10 semanas + 1día.

Total, han pasado 6 años desde que decidí formar una familia, los mismo que me he pasado luchando. Debido a mi infertilidad y abortabilidad, esta vez fui a una clínica privada de fertilidad.

Entre los estudios de dicha clínica y los de la Seguridad Social por abortos de repetición, confirmaron al fin mi útero unicorne con hemiútero derecho no cavitante, es la mitad de pequeño que un útero normal. Figura B. Muy infértil y sobre todo, el más abortivo, teniendo un 5% de probabilidades de que el bebé sobreviva. Las cuales aumentan con controles y reposo, en ocasiones, absoluto.







Los últimos estudios que me he realizado revelan que: 
Sigo con mi hipotiroidismo galopante, déficit de progesterona, ovulación tardía, trompa algo dañada tras el ectópico y un hermoso quiste en el ovario comunicante que llegó con el ectópico y ahí se quedó de recuerdo. Esto me pasa por haber tomado Omifin.
Como novedad un déficit importante de vitamina D, la del sol, bajísima melanina, por eso no sintetizo la vitamina D, porque el sol rebota en mi al parecer, soy blanca y no me bronceo.
Y por último, pero no menos importante, he resultado positiva Homocigota en una mutación genética que afecta a la coagulación de la sangre. La cual empeora mucho con tratamientos de fertilidad y estados de reposo. 

Tratamiento: 
Vitamina D en ampollas bebibles. 
Ovusitol hasta la ovulación
Adiro (para protegerme de trombos, ictus e infartos por mi mutación).
Puregon inyectado desde el día dos del ciclo en muy bajas dosis. (Sirve para hiperestimular los ovarios para aumentar posibilidades).
Controles ecográficos y analíticas. 
Ovulación controlada con orgalutran y ovitrelle.
Decisión de punción ovárica del ovario no comunicante porque tuvo respuesta exagerada al tratamiento, 12 óvulos, frente a los 2 del izquierdo que es el viable para embarazo con relaciones programadas. 
Tuve hiperestimulación leve, inflamación, dolor terrible del quiste al quedar espachurrado por los 2 óvulos. 
Relaciones programadas y empezar con cantidades enormes de progesterona, que esta vez me hincha, marea y me provoca algo tan puteante como muchísimo sueño e insomnio, ¡A LA VEZ! muero de sueño pero no me duermo, genial, ¿hay hormona más cruel?
En cuanto vi la sombra del test... Heparina inyectada.


28 de septiembre de 2017

He vuelto... con novedades

Otra vez...

Todo este tiempo he tenido innumerables cosas que contar, pero me ha costado, me cuesta...

Han pasado muchas cosas, ha sido un verano agotador pero divertido, hemos viajado y disfrutado muchísimo.

Me he enfrentado a la entrada al cole de Pirata tras 3 años y medio compartiendo con él cada minuto.
Pensé que iba a sufrirlo mucho, pero no, pese a echarlo de menos, estamos encantados, ya hablaré sobre su primer día/mes de cole. Me ha sorprendido.

Hemos realizado un curso y tramitado algo MUY IMPORTANTE que de salir bien nos cambiará totalmente la vida.

Me he sometido al tratamiento de fertilidad más agresivo hasta el momento, de esto si que os quiero hablar con pelos y señales, toda una experiencia... inolvidable.

Y la novedad más llamativa... es que estoy EMBARAZADA (otra vez) a raíz de dicho tratamiento.

La cosa no va como quisiera, de hecho ha empezado como las dos últimas veces, con test tenues y un mal presentimiento.

Por mis problemas de abortabilidad es imprescindible detectar cuanto antes el embarazo para tomar medidas preventivas como reposo y medicación adecuada. Lo repito porque empieza a doler hasta el alma eso de, "no te hagas test tan pronto", "yo me esperé a la falta", "no te hagas tantos", "no te obsesiones"... Repito, es NECESARIO y no hacerlos me llevaría a un aborto del que me sentiría totalmente responsable por dejadez.
Suelo volverme loca haciéndome test cuando sospecho que estoy embarazada y hasta hoy no me he equivocado, si sospecho que lo estoy, es que lo estoy. A mí un test y su intensidad me dice las cosas como me gustan, claras y sin rodeos.
Si me enfrento a sufrir un aborto o si va  bien. Ya no sólo por el tema aborto, sino por si mi vida peligra porque es otro ectópico, porque un ectópico puede ser MORTAL, sólo tengo una trompa algo dañada, útero unicorne y debo tomar mucha progesterona que ralentiza el paso del óvulo fecundado por la trompa, aumentando las posibilidades de que implante antes de llegar al útero, además de ya haber tenido un ectópico anterior, lo que me hace una candidata estupenda para repetir experiencia, sino has tenido un ectópico, no entiendes lo terrible que es.
Por otro lado soy HOMOCIGOTA para una mutación genética que afecta directamente a la coagulación de la sangre ¿qué significa? pues que tengo muchas más posibilidades de padecer trombos, ictus e infartos, este problema empeora gravemente con tabaquismo, alcoholismo, obesidad, colesterol y ...REPOSO Y TRATAMIENTOS DE FERTILIDAD. Es imprescindible empezar a inyectarme heparina y que haga reposo en cuanto sospeche que estoy embarazada, además de seguir un control exhaustivo por el hematólogo por mi propia vida. Os ruego que no comparéis con vuestros casos particulares, porque no tiene nada que ver.

Tengo problemas muy graves que no todas tienen y suficientes antecedentes como para saber muy bien lo que debo de hacer. No soy estúpida, impaciente ni masoquista, y eso es lo que siento cuando me dicen ciertas cosas, duelen, duelen mucho y no creo que sea justo.
Hacerme test no me duele, lo que duele es que mis hijos se mueran y no se mueren porque me haga 5 test, sin embargo llevando control tal vez pueda volver a salvar a uno, como hice con Pirata, decirme que me relaje es decirme que les abandone y les deje morir ¿alguien dejaría morir a su hijo si sabe que puede intentar salvarle?. No tengo abortos porque sí, se los motivos que me los pueden producir, es mi responsabilidad evitar los que conozco.
Duele la incomprensión, son cosas que sólo se entienden cuando uno las ha vivido, os suplico no me juzguéis como si fuera una llorona dramática.
No necesito que nadie calme mi tristeza, sólo comprensión, tal vez compañía y mucho respeto, lo que me pasa es triste y tengo que estar triste, es lo natural, intentar quitarle importancia o decirme, esta vez seguro que sale bien, me hace sentir peor, si no tienes poderes sobrenaturales que aseguren que esta vez va a salir bien, no me lo digas .
Y es que el dolor ajeno parece que resulta muy incómodo y sí, me duele, sufro como es normal, pero no pasa nada, todos sufrimos a veces, perder hijos es lo suficientemente importante para que duela, yo lo que necesito es hablar de mis miedos, de mi dolor y dejarlo salir, escuchar experiencias de otras mujeres, escuchar y hablar sin que me corten y sin sentir que molesto. He descubierto que no todo el mundo está preparado para esto.


Algunas amigas me dijeron que tienen miedo a los test, pero creo que se refieren a test negativos, esos a mí a estas alturas me resbalan absolutamente, prefiero uno blanco a uno con sombra, no tiene nada que ver no quedarte embarazada a que lo estés y la posibilidad de que tu hijo muera. Entiendo el sufrimiento de quien ha vivido negativo tras negativo, pero os puedo asegurar que un corazón que deja de latir es mil veces peor, mil. Es incomparable.

Si hay una frase que me saca de mis casillas es la de "lo que tenga que pasar pasará" no vi frase más derrotista y de dejadez absoluta donde parece que somos títeres mecidos por el viento y que como no se puede hacer nada que mágicamente dejes de sufrir ¿y si no puedes? ah, entonces eres débil.

Al menos en mi vida esta frase en una mierda pinchada en un palo, lo que tiene que ser... no, si me hubiera quedado esperando a ver qué sucedía mi hijo no existiría, tuve que moverme rápido, investigar y medicarme correctamente para salvar su vida. Lo que tenía que pasar era otro aborto, pero no me dio la gana y tomé medidas, luché y vencí, aunque la mayoría de las veces luché y perdí, pero me queda la satisfacción y el orgullo de que no me rendí.




                                                                                                Agradezco todo el cariño, ayuda y consejos bien intencionados, pero confíen en mí, se lo que hago.
Me consta que mucha gente que me quiere y a la que le importo me ha dicho esas frases matadoras y sin saberlo me han hecho sufrir muchísimo, me he sentido muy sola por no tener con quien compartir las distintas intensidades de los test, sin saber sus opiniones, su compañía, sin sentirme juzgada ni estúpida y molesta (ya está la pesada de las sombras... :( ) , por eso hoy he dejado fluir toda la sinceridad, no tienen culpa de que me duela y menos si no tienen ni idea de lo mucho que me afecta, por eso tenía que soltarlo. Y disculparme tal vez por sentirlo así, pero no puedo evitarlo.





Muchas gracias por tu visita. Si quieres compartir tus propias experiencias o tu punto de vista, anímate, este es tu espacio.

27 de junio de 2017

Mi infancia... el bebé no deseado

Hay algo que quiero contar, pero para entenderlo, creo que tendré que empezar desde el principio,

Como ya he contado en muchas ocasiones estos tres años y pico como madre me han mostrado algo de mí que desconocía hasta el momento, mi pasión en la vida, es la infancia feliz.
No llevar a Pirata a la guardería, lo que en un principio era por cuidar de él, se convirtió en algo mucho más profundo, revivir la niñez, dando, porque no admitirlo, lo que a mí me faltó y no me refiero a caprichos... sino, una infancia feliz.

Tal vez porque yo no la tuve, porque me sentí muy sola, un estorbo para  mis padres y no tuve mi lugar en la familia. Me querían, me criaron, y estoy agradecida, pero hubiera preferido generar algo de alegría o interés.

Mi historia

Mis padres tenían 2 hijos guapísimos, la parejita, el primogénito despierto y encantador y la adorable princesita. Pero entonces llegó la tercera hija, mi madre no estaba lista y cayó en una especie de depresión, agotada de criar 2 hijos gastó su energía en ellos, un descuido que lamentó, un error.
Pero ahí llegó mi hermana, muy delgada, llorona y que le hizo vivir siempre estresada porque no comía y enfermaba mucho.
7 años después de su tercera hija, ya con casi 40 años, con descontroles hormonales, nunca sospechó lo que se le venía encima. Aún no había terminado de aceptar tener que volver a criar una tercera hija, cuando tuvo un retraso y se puso en lo peor. No puede ser... ¿menopausia ya?
Bien, una vez en consulta preguntó asustada si era la menopausia, si se hacía vieja...
A lo que el médico contestó:
- déjese de menopausia y vaya buscando un nombre bonito, porque lo que le viene es un bebé.

Mi madre entró en shock y pasó meses llorando desconsolada, a menudo pensaba en ir a abortar, luego lloraba porque se sentía culpable, el embarazo avanzaba y volvía a llorar arrepentida por no haber abortado y de nuevo la culpa y el pensamiento de que Dios la iba a castigar, pero no quería más hijos...

Y nací yo.

(Continuará)

29 de mayo de 2017

Operación: PATO

Estamos inmersos en la operación adiós pañal. Conocida en mi casa como Operación Pato (OP).

Pato es el orinal de Pirata.
37€, pero estoy muy contenta con él. Es un 3 en 1: orinal, taburete y adaptador w.c, así que llevamos un año dándole uso de taburete para lavarse los dientes.

Cuando hace algo, suena una musiquita que invita a celebrar el éxito miccional o fecal. A Pirata le encanta.

Contras:
- que se acostumbre sólo al pato y a ver cuando salgamos de casa cómo nos apañamos.
- me da asquete limpiar los mojoncetes y del pañal no me daba.


Me he emocionado y he preparado con mucha ilusión un buen arsenal de cosas para la OP (innecesarias, pero me dio la real gana). Más que para motivar al niño, para motivarnos también su padre y yo.

¿Quieres verlas?

- Calzoncillos básicos, boxer divertidos y slips de Mickey Mouse. ( 15u por 20€ aprox.)



- Pegatinas de premio y libros para hacer el proceso divertido y disfrutarlo. (3€ las pegatinas y 20€ y poco los dos libros). Esto sirve para mucho más que la OP.



Ambos libros le chiflan, ríe a carcajadas y nos contagia cuando destapa pañales de animalitos o escucha la canción de la caca. Si vuestros niños son muy de libros interactivos, os los recomiendo.





- Adaptador portatil plegable para inodoro, se queda firme en nuestro inodoro, no ocupa casi sitio, trae una bolsita higiénica, creo que para las primeras semanas vendrá genial para las múltiples salidas que tenemos programadas.

¿Cómo iniciamos la OP?
La idea era esperar al 9 de junio, calorcito, fin de semana y después de una comunión.
Una mañana me puse a explicarle que dejaría de usar pañal en breve porque era mayor y ya podía ir al baño como nosotros, que usaríamos el pato, calzoncillos molones y pegatinas de campeón.
Acto seguido ya no quiso más pañal, ni esperar al día D, Pirata estaba deseando empezar ¡anonadada me quedé! él estaba listo, más que yo. Aproveché su iniciativa.


Hicimos una tabla de control de esfínteres, un gran cartón para pegarla, acuarelas, folios, colores y... ¡a poner pegatinas!. La tabla ha sido un éxito rotundo, la carita de ilusión por cada triunfo es indescriptible, le noto feliz y orgulloso de sí mismo. Nos divierte mucho. Conozco muy bien a mi hijo y yo sabía que le iba a encantar, nos ha molado mucho la OP y nos va a quedar un recuerdo maravilloso de esta etapa tan feliz y exigente.
Pone los muñecos a hacer pis, les limpia el culito les pone pegatinas, les "lee" los cuentos, me imita con tanta dulzura que yo no se como no me lo como un día a bocaitos. Lo hace de un modo tan tierno ¿así me ve a mí?.

Tuvo un primer escape y conmigo ninguno más, el día que lo dejé al cargo de su padre, tuvo 3 pequeñitos, pero culpa del padre de la criatura... ¡PapáPirata, a ver si espabilas!

Avisa cuando tiene ganas y muchas veces va solo sin decir nada. Aún le falta destreza para bajar y subirse la ropa y alguna vez ha salpicado fuera, pero aprendió desde el minuto 1.
La ventajas de esperar al momento oportuno para retirar el pañal son múltiples y para mi hijo el momento ideal ha sido éste.
Yo no lo pongo, va cuando quiere, a veces sí es cierto que cree que tiene ganas, va y luego no hace nada, sobre todo para la caca, pero por lo demás perfecto, ha empezado a aguantarse el pis o a ir con más antelación. ¡Hace muchos pis! y de 1 a 3 cacotas al día. Me paso el día haciendo el baile del pis y la caca XD.

Ha sido un poco lata estar tan encima de él, ya que yo estoy acostumbrada a que juegue a su bola en su cuarto, pero ha sido fácil y rápido por ahora.

Para la caca a veces prefiere el inodoro con adaptador, yo también lo prefiero.
A veces de madrugada si se desvela se cabrea porque le entran ganas pero no quiere despertarse, al final pide ir al orinal, con tremendo disgusto, por ahora no tengo interés en que pida pis por la noche, prefiero dormir, jajaja, pero bueno, si empieza a pedirlo le llevaremos.


Si vuestra retirada del pañal fue tardía, ¿os calentaron mucho la cabeza? a mí bastante, pero he desarrollado el maravilloso arte de pasar de todo y a preguntas de ¿no consigues quitarle el pañal? yo he contestado tan pancha: "ni lo he intentado aún, me voy a esperar a verano".


Tal vez podría haberlo intentado antes, pero mira, no me apetecía nada y como los pañales los pagaba yo, en fin OPINÓLOGOS, que no aconsejan, juzgan.

¿Qué tal vuestra OP? ¿Fácil? ¿complicada? ¿fue en el momento oportuno? ¿alguien más se volvió loca preparando arsenal de cositas o lo hicísteis sin nada? ¿consejos? Cuéntame tu experiencia y si aún no llegó el momento, cuéntame cómo lo tienes planeado.

Nos queda la prueba de fuego que es hacer pis y caca fuera de casa.


18 de mayo de 2017

Tres años de crianza en casa

Tres años muy intensos, agotadores y maravillosos. No me preguntéis qué tipo de crianza llevo, porque no sigo ninguna, tal vez sea más afín a la crianza con apego, mezclada con tradicional y un sin fin de variables, maternidad instintiva diría yo. Hago las cosas como más cómoda me siento.

Pirata no ha ido a escuela infantil, decidimos que no nos hacía falta  y fue la mejor decisión.  ¿Qué me impedía hacerlo? NADA.
Pero que nadie se engañe, no es tarea fácil y he llegado a colapsar muchas veces y es que Pirata tiene mucha más energía que su padre, su madre y toda su casta junta, jajaja.

Pasa despierto 12horas y otras 12horas dormido, sin siestas.

Me divierto mucho jugando, pero a veces tengo que hacer otras cosas y es un poco frustrante tardar horas en tareas de 20 minutos. Cuidar de un niño para mí es maravilloso, pero pretender hacer otras cosas a la vez....estresa y CANSA MUCHO. Se que no debería de quejarme, sin embargo suelo hacerlo, porque es gratis, ¡Madre del amor hermoso, QUÉ CANSADA ESTOY Y QUÉ DOLOR DE ESPALDA!.  Decisión personal: admitir que hay cosas que no puedo hacer, se acabó la lucha.

Todas mis amigas son mamis. A veces mi casa parece un campo de batalla y me digo, nunca más, pero a los pocos días ya tengo mono de ver jaleo y parece que se me olvida la paliza de limpiar que me di la última vez y empiezo a invitar niños, pero disfruto tanto que merece la pena. Como ir a bailar con tacones, acaba jodida  destrozada, pero divina y feliz. Mis prioridades han variado desde entonces...

Me tiro por todos los toboganes donde me entra el culo, juego al escondite, al pilla pilla, lagarto súbete en alto, empiezo a jugar con mi niño y acabo rodeada de criaturillas, no se qué pensarán el resto de padres, debo de parecerles una loca o una animadora infantil, de hecho, también trabajé varios años de eso, de animadora, no de loca, ¿eh? XD.
Me aburre infinitamente llevar al niño al parque y quedarme sentada, aunque hay veces que prefiere jugar sólo con niños y me retiro dignamente a la zona de madres/padres culos-aplastados-en-bancos.

No hay nada que me guste más que estar con niños, sus risas, su inocencia, sus ocurrencias y superar los retos a los que me enfrentan, me hacen subir de nivel,no me dejan acomodarme, me hacen crecer y superarme. Me encantan los retos, los puzzles y los rompecabezas. El olor a plastilina, los juguetes, las manualidades, los castillos de arena...
Dicen que siempre hay tiempo de tener una infancia feliz y siento que yo la estoy reviviendo al fin, no a través de mi hijo, sino con él y muchos más niños. Soy una adulta de 36 años que aún le quedaban ganas de jugar.

No sólo soy madre de Pirata, sino que a veces es como si fuera mi mejor trabajo, el que mejor se me da, donde sus avances son cómo ascensos para mí, inventar manualidades cutres, disfrutar enseñándole todo lo que sabe ante su atenta mirada, ¡cómo me mira!, qué gratificante debe de ser para los profesores, me he dado cuenta que he nacido para esto, debería de haber estudiado y dedicarme hasta la jubilación al cuidado y enseñanza de niños de forma profesional.
Estos años han ejercido mucha influencia en mí y mi pareja, hasta tal punto de tomar decisiones que os sorprenderán y pronto os contaré.
Ser mamá me hace muy feliz, pero para mí es todavía mucho más que eso.
Es complicado de entender para muchas personas. Lo ven como un sacrificio, no entienden que lo haga por gusto, porque a ellos no les gusta, creen que lo hago por el niño, por ser mejor mamá, pero no, lo hago sobre todo por mí, porque es lo que me gusta y lo que deseo hacer. Sí que creo que sentirme tan completa como persona puede ser beneficioso para mi hijo. Pero completa te puedes sentir haciendo mil cosas que te gusten y no tengan nada que ver con niños. En mi caso son los niños.
La vida me ha dado esta oportunidad en bandeja y pienso aprovecharla, lo entiendan los demás o no. Todas las dedicaciones  suponen esfuerzo y renuncias, mientras estás en tu jornada laboral no puedes hacer otras cosas que también te gustan, pero cuando lo que haces es tu pasión... todo cambia, no lo ves sacrificado, de hecho el sacrificio para mí sería perderme esta etapa.

Veo tanto de mí en Pirata, cosas mías que al verlas en él me fascinan, me hace sentir muy bien conmigo misma. Mi hijo me ha mejorado, me sube la autoestima, me hace feliz y mejor persona, me inspira a querer mejorar.

Somos tan afines,  tal vez sea una fuerte influencia maternal, pero tenemos gustos tan parecidos y lo admito, me encanta, menos cuando usa la lógica aplastante con la que yo le pongo límites, a veces se vuelve en mi contra y debate como un adulto, aunque acepta mi autoridad siempre y cuando logre hacerle ver que es coherente, él no aceptará "haz esto porque lo digo yo".  Por el momento prefiero que debata en vez de tener pataletas, que las tiene, pero como 3 al mes o menos y muy breves, no es un niño nada llorón, de hecho suele manejar bien la frustración, mejor que yo, que tengo que esforzarme en dar buen ejemplo para demostrar que me mantengo en calma cuando algo no es como yo quiero, a menudo me salgo de la habitación para que no me vea pasada de rosca. Aunque no le oculto sentimientos como enfado, tristeza, alegría, etc, total, esas emociones existen y mejor que aprenda a identificarlas poco a poco desde el principio.
Tiene el don de saber escuchar, ojalá no lo pierda porque me facilita mucho las cosas, que soy una madre de jugar y tal, pero también me gusta la disciplina.

Foto de internet
En el tema música también somos muy afines, en el coche llevo pop, rock, heavy metal, baladas, folklórica, soul, música clásica, etc, un tutti frutti, vaya. A veces me apetece sólo oír música clásica, pero dejo la música en modo aleatorio, quiero que Pirata tenga donde elegir, él me empieza a decir, esa canción no, así hasta que sale Chopin, Mozart, Debussy, Albinoni o similar y me dice, ¡esa sí!. Y yo alucino, es una conexión muy bonita.
 Tiene especial predilección por Claro de Luna y El lago de los cisnes. Aunque para mi deleite, le encanta el heavy metal y ¡lo canta!, su padre y yo nos derretimos sin remedio, admitimos que no es que sea un prodigio cantando, jajaja, pero mola igualmente.





Le gusta mucho la naturaleza, los animales, el mar, la limpieza (no tanto el orden), los libros, puzzles y juegos de construcciones. Son cosas que me encantan a mí y ojo, que yo pongo todo tipo de cosas a su alcance, pero al final él se decanta casi siempre por las cosas que yo hubiera elegido.
No tira papeles al suelo porque le expliqué que lo limpio siempre gusta más, que lo sucio estropea todo, sí quiero inculcarme el cuidado por el medio ambiente, lo malo es que a veces va por el parque recogiendo papelitos para tirarlos a la papelera, seguiré trabajando en ello para llegar a un término medio.

Gracias a Pirata tengo unas metas muy claras y he descubierto que hacer algo que te llena mas que nada en el mundo, mientras te lo puedas permitir, es igual de gratificante que un empleo remunerado, mi sueldo es la satisfacción personal que siento.
Cuando hago algún que otro trabajillo desde casa, lo admito, lo hago sólo por dinero y por cambiar un poco la dinámica.